RENATE GRAF. Traces

A partir de los 18 años de edad, Renate Graf empezó a mirar el mundo como necesitando guardar "libros de recuerdos de imágenes". Más tarde, estos "libros" la condujeron a la práctica de fotografía que reflejaba una forma inusual de mirar el mundo.

Renate Graf es una fotógrafa autodidacta. Mientras fue la esposa de Anselm Kiefer visitó zonas extremas del mundo en las que captó con gran pasión "otras caras del mundo" con una perspicaz visión fotográfica, como una forma expandida de ver y recordar sus descubrimientos. Sus fotografías se convirtieron en un signo de una comprensión más sabia.

Renate Graf ve en sus fotografías otra forma de lenguaje, como una auto-conversación que explica el arte y el mundo. Pero estas explicaciones no tienen una naturaleza lógica sino visual. Patrick Kinmonth habla de la "Cámara Poética", con la que Graf desarrolla sus impresiones del mundo. La artista utiliza una técnica muy tradicional que nada tiene que ver con la fotografía digital, incluyendo un papel húngaro que ya existía a principios del siglo diecinueve. Revela sus imágenes en una cámara oscura propia con la ayuda de un maestro impresor indio. El resultado son imágenes pequeñas, íntimas y muy representativas de su particular forma de entender la fotografía.

Las fotografías de Renate Graf aportan al espectador una visión contemporánea del mundo con una estética propia de la fotografía pionera. Esta tensión dialéctica se hace evidente de inmediato al observarlas.

Las fotografías de Renate son documentos casi monocromos -a menudo acompañados de textos manuscritos- que nos sitúan prácticamente fuera de la realidad, ya que el texto no explica las imágenes y las imágenes no ilustran los textos. La artista muestra otra cultura de los objetos y de su comprensión. Por eso prefiere lugares y países periféricos como Hampi en India, el lago Baikal, Siberia o las islas Hébridas, pero también entornos ruinosos como el Cementerio Marxer en Viena y ciertos lugares de Sicilia y Venecia, así como y especialmente obras de Anselm Kiefer y retratos del artista.

La biografía de Renate Graf y sus visiones fotográficas conforman un todo, una unidad autobiográfica que nos aproxima a la realidad como una narración abstracta. Sus imágenes recuerdan vívidamente esa fotografía de los exploradores científicos que documentaba emplazamientos insólitos de los continentes.

Hay un fuerte componente conceptual que aglutina los diferentes temas tratados por la artista en un mismo lenguaje visual. Renate Graf ama fotografiar en el desierto, en áreas ventosas y, en general, donde no existe un sentido del tiempo. En esta volatilidad de la realidad "sujeta" elementos frágiles que se convierten en vívidas fotografías que guardan su propia memoria. Son huellas o impresiones de recuerdos que se sitúan totalmente fuera de la lógica de los objetos de consumo, pues atesoran fantasías íntimamente ligadas a la durmiente conciencia humana.

Dieter Ronte